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Después de Batman y Superman, los Loons buscan héroes argentinos

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Hubo un tiempo en Minnesota en el que el fútbol se explicaba con superhéroes latinos. El mediocampista estadounidense de raíces mexicanas Miguel Ibarra tenía el apodo de Batman, el todoterreno incansable, mientras que Christian Ramírez (quien en 2025 fue jugador de LA Galaxy) era conocido por los hinchas Loons como Superman, el goleador californiano que resolvía todo en el área. Aquella dupla le dio identidad a Minnesota United en la etapa final del club en la NASL, y en los momentos iniciales de la franquicia en la MLS: intensidad, vértigo y ataque sin miedo. En la temporada inaugural de 2017, Ramírez fue el máximo goleador del club (14 en 30 partidos), mientras que Ibarra fue el motor creativo del equipo (3 goles, 4 asistencias). Este dúo dinámico de leyendas con capas fue muy importante para los orígenes del club.

Hoy, varios años después, Minnesota viene de realizar la mejor temporada en la historia del equipo en MLS (cuarto en la Conferencia Oeste, con 58 puntos) y tras la mejor temporada del club desde su ingreso a la liga, la historia parece buscar una nueva versión. Esta vez, con acento argentino.

La llegada del extremo Tomás Chancalay para reforzar la ofensiva y la consolidación de Joaquín Pereyra como pieza clave del equipo alimentan una pregunta inevitable:
¿pueden ellos ser los nuevos superhéroes del ataque de Minnesota United?

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Un Minnesota agresivo y protagonista

El 2025 marcó un antes y un después para los Loons. Bajo el mando del joven técnico galés Eric Ramsay, el equipo fue uno de los más directos y agresivos de la MLS, con presión alta, transiciones rápidas y un ataque que no especuló. No fue solo una buena campaña: el equipo tuvo una identidad clara y resultados que lo confirmaron.

En ese contexto, la dirigencia entendió que el próximo paso era sumar desequilibrio individual sin perder intensidad colectiva. Ahí aparece Chancalay. El club viene de finalizar su vínculo con los mediocampistas Joseph Rosales (transferido a Austin FC) y Robin Lod (nuevo jugador de Chicago Fire FC).

Chancalay, potencia forjada en el fútbol argentino

Formado en Colón de Santa Fe, Tomás Chancalay creció en un fútbol que exige carácter. En Argentina aprendió a jugar con poco espacio, a bancarse el roce y a decidir rápido. En Racing Club dio un salto de exposición, especialmente en torneos internacionales, donde mostró su mejor versión: extremo vertical, agresivo, con gol y personalidad.

Su llegada a Minnesota desde New England Revolution (equipo para el que logró 17 goles y 3 asistencias en diferentes competencias desde si arribo en julio de 2023) nos habla de un futbolista que encaja con la liga, y especialmente con el estilo de juego de su nuevo equipo. Minnesota lo busca por eso. Para romper partidos, para sumar remate desde afuera y para transformar posesión en situaciones claras.

Pereyra, el orden dentro del caos

Si Chancalay aporta electricidad, Joaquín Pereyra (6 goles, 11 asistencias en la temporada regular pasada) aporta control. Surgido de Rosario Central y consolidado en Atlético Tucumán tras una experiencia breve en Europa, el volante creativo llega a la MLS con una escuela clara: entender el juego antes que correrlo.

En 2025 fue uno de los motores del equipo. Asistencias, pases filtrados, lectura táctica. No es casualidad que Minnesota haya sido más peligroso cuando Pereyra estuvo fino. Es el jugador que conecta líneas y le da sentido al vértigo, algo fundamental en un equipo que ataca tanto y tan rápido.

El paralelismo que invita a soñar

Ibarra y Ramírez fueron símbolos de una etapa. Este Minnesota es otro: más maduro, más competitivo y con aspiraciones reales. Pero el paralelismo aparece solo.

  • Pereyra, como Batman, ordena, crea y hace funcionar al equipo.
  • Chancalay, con perfil de Superman moderno, aporta desequilibrio y gol.

Los apodos no se heredan. Se construyen con partidos importantes, goles y victorias. Pero si esta sociedad argentina logra consolidarse, Minnesota United puede volver a tener una dupla ofensiva que represente su identidad y potencie a un equipo que ya demostró estar para más.

No usan capa ni máscara, pero juegan hacia adelante y hacen ilusionar al Allianz Field. El pasado tuvo superhéroes. El presente tiene argumentos para volver a creer.