La metamorfosis de FC Cincinnati, de ser el peor equipo de la liga durante tres años consecutivos a clasificarse a Playoffs en 2022 y luego salir superlíder sobrado en 2023 (lo cual le otorgo el titulo del Supporters’ Shield), ha sido posible porque tienen a un generador de juego en modo crack.
Luciano Acosta vive su mejor momento futbolístico desde que llegó al profesionalismo y el gran beneficiado es el club de Ohio. El enano surgido de las juveniles de Boca Juniors es un gigante cuando se enfunda en la camiseta azul naranja de Cincy y pone pie en el rectángulo verde.
WAYNE ROONEY, POTENCIADOR DE LUCHO EN MLS
Sus primeros destellos como futbolista de primer nivel de manera constante, los tuvo con el D.C. United. En especifico en la temporada 2018 cuando hacia dupla con el legendario Wayne Rooney. El astro ingles incluso le dedico varios elogios a su compañero argentino.
En aquella temporada, además de ser el socio predilecto de Rooney, marcó 10 goles y registro 17 asistencias.
En la memoria colectiva quedo una postal en un duelo contra Orlando City, en la que con el duelo empatado a dos tantos y con las Águilas Negras volcadas al ataque en el último minuto, los Leones de la Florida contragolpearon pero Wayne fue a barrerse para recuperar en medio campo. El británico metió un largo servicio a la olla que Lucho – de cabeza – mando guardar para ganar el partido.
Para 2019, sus números volvieron a ser discretos y se marcho al futbol mexicano con el Atlas de Guadalajara. En la Liga MX volvió a ser el Luciano promesa, el de los destellos, pero que no alcanzaba a explotar y mucho menos a ser consistente en su impacto en el juego partido a partido.
Regresó a la MLS con el peor equipo de la liga norteamericana. Fue ahí, cuando sus caminos se cruzaron y su conversión fue la ideal.
LA CONSAGRACIÓN
El 2023 ha sido el año de Cincinnati. Ha sido la temporada de Lucho Acosta.
Sigue siendo un hombre de hierro, se lesiona muy poco y por campaña suma más de 30 duelos, la enorme mayoría como titular.
Pero desde que llego a Cincy ha sido constante con un gran peso en la faceta ofensiva. En la 2021, 7 goles y 10 asistencias. En la 2022, 10 tantos (+1 en Playoffs) y 19 asistencias – superando su mejor versión del 2018 en DC United.
En la actual temporada batió su propio récord goleador y sigue sumando pases de gol en doble digito. Es Top 5 tanto en el departamento de goleadores como en el de asistidores. Por lo que, esta entrando de manera muy fuerte en la conversación del MVP (Balón de Oro) de la MLS.
Seguramente estará en la terna final por el prestigioso galardón.
¿MVP ALBICELESTE?
En la historia de la MLS, solo tres argentinos han conseguido el MVP:
- El primero de ellos y el más desconocido en cuanto a nombre, fue Christian Gómez con DC United en el ya lejano 2006.
- El segundo es uno muy conocido, Guillermo Barros Schelotto con Columbus Crew en 2008.
- El ultimo en conseguirlo hasta el momento fue Diego Valeri con Portland Timbers en 2017.
- Comparado con Guille y Diego, lo de Luciano es muy similar – un tipo que sabe marcar, pero que principalmente sabe poner los goles en bandeja de plata – por lo que se hace factible imaginar que sus posibilidades quedarse con el premio son altas.
Claro que ha habido otros argentinos que han destacado de sobremanera en una posición similar a la de Acosta. Entre ellos, Maxi Moralez con New York City FC, Javi Morales con Real Salt Lake, Nacho Piatti con CF Montreal…o incluso otros sudamericanos de corte similar, de enganches, como el uruguayo Nicolás Lodeiro con Seattle Sounders o el paraguayo Miguel Almirón con Atlanta United.
Aunque, algunos de ellos más allá del reconocimiento individual, lograron el triunfo colectivo partiendo de sus pies. Consiguieron la MLS Cup, el caso de Maxi, Nico, y Miggy.
EL SUEÑO MUNDIALISTA, ¿CUBIERTO DE BARRAS Y ESTRELLAS?
Lo de Acosta ha alcanzado tal nivel, que ya esta considerado dentro de la atmosfera del Team USA.
Con la Argentina campeona del mundo se antoja difícil que pueda tener una oportunidad. Por lo que las puertas de la selección estadounidense podrían ser su entrada a los grandes escenarios de competencias a nivel de selección nacional.
Estados Unidos tiene a la vuelta de la esquina, en condición de anfitrión y por ende clasificado automático, la Copa América 2024 y la Copa del Mundo 2026. Lucho pinta como un enganche muy atractivo para introducirse en el esquema de Gregg Berhalter.