El campo del Dignity Health Sports Park parecía sacado de una pintura renacentista mientras los jugadores, el cuerpo técnico y los directivos de LA Galaxy inundaban el césped tras el silbatazo final del árbitro Guido Gonzales Jr., marcando el cierre de la MLS Cup 2024 presentada por Audi.
Cada interacción, cada abrazo y cada sonrisa sobre el césped contaban una historia propia. El talismán lesionado Riqui Puig estaba en todas partes: sonriendo, abrazando a sus compañeros y mostrando su camiseta, esta vez con el número 6 para conmemorar el sexto título de liga de LA Galaxy en lugar de su habitual número 10, frente a la multitud en la sección de aficionados.
El entrenador Greg Vanney y el gerente general Will Kuntz, dos de los principales artífices de este equipo revitalizado, compartieron un abrazo al cruzarse en la marea humana que celebraba. Su misión de devolver a los Galaxy a la cima de la MLS se había cumplido tras la victoria del sábado por 2-1 sobre New York Red Bulls.
“La calidad del fútbol, del grupo, de los jugadores, del estilo de juego, todo lo que este equipo ha demostrado, ha dejado claro que la calidad está aquí y que la calidad ha regresado”, expresó Vanney en la conferencia de prensa posterior al partido.
“Pero en el Galaxy, se trata de ganar campeonatos. Y creo que al entrar en esta semana, eso es lo que hemos demostrado”, agregó, “que estamos de regreso como organización, y ahora se trata de demostrar que estamos de regreso como campeones y en la cima nuevamente. Y estos muchachos lo hicieron. Cementaron su legado en lo que es un club con una historia y un legado increíbles, y estoy orgulloso de ellos. Esto los unirá como grupo para siempre”.
Esfuerzo colectivo
En un principio, el mediocampista veterano y producto local Mark Delgado simplemente se sentó en el campo, casi inmóvil durante mucho tiempo, agotado tras más de 90 minutos de intenso trabajo. Mientras los atacantes Joseph Paintsil y Dejan Joveljić se llevaron los goles y los reflectores, fue el esfuerzo en la sala de máquinas de Delgado, el jugador del partido Gastón Brugman y Edwin Cerrillo lo que permitió al Galaxy imponer el control necesario para neutralizar a los Red Bulls.
Este enfoque contrasta con el fútbol fluido y abierto que el Galaxy desplegó durante la mayor parte de la temporada y destaca la firme determinación que yace bajo su superficie.
“Escucha, me dieron el llamado, hice lo que pude por el equipo. Di una asistencia, corrí como nunca”, expresó Delgado a MLSsoccer.com, con el cansancio y la satisfacción evidentes en su rostro tras disputar su cuarta final de la MLS Cup, siete años después de haber ganado la edición de 2017 con Vanney en Toronto FC.
“Es otro campeonato. Sé lo que se necesita. He estado aquí cuatro veces ya, y este tiene algo diferente, ¿sabes? Este toca el corazón. Soy del área de Los Ángeles. Crecí viniendo a estos partidos, viéndolos con mi familia, viendo a Cobi Jones, y ahora estar en el campo, vistiendo este escudo, esta camiseta, y añadirle una sexta estrella a este emblema, no hay sensación que se compare”.
Un grupo unido
A unos metros a la izquierda de Mark Delgado, el portero ohn McCarthy tomó al encargado de utilería, Raúl Vargas, y lo impulsó hacia la sección de aficionados, señalando al querido ícono del club que ha estado con el Galaxy desde el primer año, allá por 1996, con un puñado —literalmente— de anillos de campeonato como prueba de su legado.
Quienes pasan más tiempo en el 18400 Avalon Blvd, tanto jugadores como aficionados, veneran a Vargas, una figura discreta cuyo trabajo diario es fundamental para el rendimiento del equipo. Saben lo importantes que son él y otros como él para la supervivencia y el éxito del club; representan su memoria institucional, la cultura personificada.
“Cuando tienes a todo el grupo completamente comprometido con el equipo y con la visión general, marca una gran diferencia”, dijo McCarthy, el primer jugador en ganar este título con el Galaxy y su rival local LAFC, en un vestuario empapado de cerveza y champagne. “Cuando tienes un buen grupo de personas, sin egos grandes ni individualismos, y todos se llevan bien dentro y fuera del campo, el impacto es enorme”.
Greg Vanney había mencionado durante la semana el deseo del equipo de añadir un sexto anillo para que la colección de Vargas pudiera expandirse a otra mano, una chispa más de motivación en una constelación de razones ganadoras. Los codazos, los egos competitivos y el interés personal suelen estar presentes en los llamados “grandes clubes”. Pero este grupo del Galaxy se siente diferente, más auténtico.
“Oh, Dios mío, esto es una verdadera familia aquí”, explicó el defensa formado en casa Jalen Neal. “A veces la temporada se puede hacer larga, y puedes llegar a temer algunos días en el estadio, pensando: ‘Otra vez tengo que ver a las mismas personas’. Pero estos chicos me hacen querer venir al estadio todos los días. Me mantienen motivado, me siguen desafiando, me siguen impulsando.
“Puedes verlo en todos lados. Cada persona en este grupo es como familia, ya sea jugadores, cuerpo técnico o directivos. Literalmente, somos una familia”.
Fichajes de calibre campeón
El Galaxy ha sido sinónimo de grandes nombres a lo largo de su historia: desde Riqui Puig hasta Zlatan Ibrahimovic, Robbie Keane y David Beckham. La fama y el brillo que encajan con una ciudad reconocida por el espectáculo y el poder estelar. Sin embargo, Dignity Health Sports Park está lejos de Hollywood, ubicado entre suburbios de clase trabajadora con calles llenas de casas modestas, hogar de las personas que forman la base de la vasta economía de Los Ángeles.
Ese espíritu de esfuerzo y ambición resonó en las contrataciones de Jugadores Franquicia del equipo el invierno pasado, como Joseph Paintsil y Gabriel Pec. Aunque ambos llegaron con costos de transferencia significativos, supuestamente cercanos a los $20 millones, no son estrellas consagradas al final de sus carreras, sino talentos en pleno ascenso.
“Cuando se abrieron los lugares de DP, no necesariamente buscamos jugadores con nombres enormes y carreras consagradas que ya estuvieran detrás de ellos. Fuimos por chicos hambrientos, súper talentosos, atléticos y que encajaran en nuestro estilo de juego, lo cual es importante”, explicó Greg Vanney.
“Encajaban con los jugadores que ya teníamos, y sabíamos que iban a ayudar a hacer que esos jugadores fueran mejores y que nuestro equipo fuera mejor. Intentamos construir sobre una visión: estos chicos llegaron aquí con el deseo de ganar, pero también con el deseo de seguir mejorando y desarrollando sus carreras”.
El impacto de los secundarios
Es significativo que Marco Reus, una estrella alemana con vasta experiencia en los escenarios más grandes de Europa, se integrara al Galaxy a mitad de temporada sin atisbos de ego. Aunque el veterano solo comenzó en la mitad de los partidos que disputó, su disposición para adaptarse al equipo de Greg Vanney resaltó su profesionalismo. Una lesión en la ingle limitó su participación a un rol como suplente en la MLS Cup, pero esto permitió que Gastón Brugman se convirtiera en el héroe del momento.
“Cuando llegué hace cuatro meses, sentí que este grupo era especial”, comentó Reus tras la victoria, mientras sus compañeros interrumpían su entrevista con duchas de cerveza fría. “Fue un partido muy cerrado al final, pero conseguimos el trofeo, y estamos muy, muy orgullosos.
“El carácter y la mentalidad del equipo marcaron la diferencia. Claro, hubo altibajos durante la temporada, pero especialmente en estos Playoffs, nos unimos. Dijimos que podíamos lograrlo, pero teníamos que confiar el uno en el otro. Y lo hicimos”.
La gloria del Galaxy ha sido restaurada, y este relato de redención se debe tanto a las estrellas como a los jugadores de rol. John Nelson, quien se ganó el puesto titular como lateral izquierdo por encima del talentoso Julián Aude, destacó la profundidad del equipo como clave para el éxito.
“Por eso somos tan buenos. Este equipo tiene mucha profundidad. Creo que eso es lo que nos hace campeones”, afirmó Nelson. “Una cosa que diría es que somos hermanos aquí: la cultura, todo, luchamos los unos por los otros, y eso se refleja en el campo”.
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