Llegó como actor de reparto, pero cada vez que pisa el área, Tadeo Allende toma el libreto, improvisa… y se roba la escena.
En el último capítulo ante Toronto FC, el cordobés volvió a aparecer justo cuando el guion pedía un giro inesperado. Con un certero cabezazo, sorprendió al experimentado Sean Johnson y le dio a Inter Miami la ventaja que necesitaba para sostener el acto final.
Allende se ha convertido en una pieza clave del montaje ofensivo de Javier Mascherano. Esta vez, el protagonista habitual, Lionel Messi, abrió la escena con un pase quirúrgico que cruzó el campo como si fuera storyboard. Jordi Alba lo recibió, dibujó el centro, y en el clímax del plano secuencia apareció Allende: cabezazo seco, gol, tensión en el aire… y terror para los rivales.
Como en una película de Tarantino, el disparo no vino del revólver, sino de su cabeza. Y en su propia casa, Toronto se quedó mirando los créditos en el BMO Stadium, con el salpicado de talento argentino al estilo Kill Bill.
El rol de Allende en el guion de Mascherano
La historia también tiene su director, Javier Mascherano, un lente donde Allende entra siempre a cuadro, un 4-4-1-1 que descansa en los gestos técnicos de Messi y Luis Suárez , pero se sostiene en actores como Allende, que entran por las sombras y terminan siendo decisivos.
Ese sistema le pide a Allende algo más que goles: desplazamientos sin balón, diagonales de ruptura, presión alta, y lectura del juego. Y él responde. No es solo vértigo; es interpretación. No improvisa por instinto, sino con timing. En cada partido, juega su papel como si estuviera en casting para algo más grande.
Con cuatro actos por delante, cuatro partidos decisivos para asegurar la localía en los Playoffs, Inter Miami necesita que sus actores secundarios sigan iluminando escenas clave. El objetivo no es menor: llegar al final de temporada como líderes y, si el guion lo permite, levantar el Supporters’ Shield. Y más aún, la historia que vendería todas las entradas con final feliz: llevarse el campeonato.
El papel de su vida
Lo de Tadeo Allende no es solo un buen momento. Es un punto de inflexión. Un giro de trama que no siempre estaba escrito así en el libreto original.
Allende viene del fútbol “underground” argentino, donde los focos escasean y hay que pelear cada escena. Debutó en Instituto, creció a pulmón, y tuvo apenas un año y medio realmente sólido en Godoy Cruz, donde su velocidad y agresividad para atacar los espacios lo pusieron en el radar. No era la estrella, pero tenía ese algo que te hace seguir mirando, como esas películas de Tarantino donde no se puede despegar el ojo.
De allí, saltó a Celta de Vigo, un pase inesperado que parecía el comienzo de una nueva película en Europa. Pero esa historia no terminó de cuajar: minutos dispersos, rendimiento irregular y una sensación de estar esperando su verdadera escena de impacto.
Entonces llegó Miami. Y con ella, la oportunidad de reescribir su historia.
“Estoy muy bien acá, este club me dio la oportunidad de sumar minutos. Mientras sea así, lo voy a aprovechar”, dijo hace poco Allende a la prensa internacional.
Y vaya si lo está aprovechando, en esta temporada Allende ha jugado 27 partidos, 23 de ellos en el arranque, 1860 minutos, 9 goles y una asistencia.
Rodeado de leyendas, Allende comparte vestuario con Messi y Luis Suárez y responde con lo único que vale en este negocio: rendimiento.
Anotó goles importantes, como ante Toronto, frente a Palmeiras en el Mundial de Clubes y contra Sporting KC en la Copa de Campeones de la Concacaf, se ganó un lugar en el once titular de 'Las Garzas' y demostró que puede formar parte de un ataque de élite. Sea cual sea su destino, Allende no está esperando su momento, está actuando en él.
¿Qué sigue para Inter Miami?
Con cuatro partidos por disputar en la temporada regular, el 11 del Inter Miami no baja el ritmo; el siguiente reto será nada menos que ante el Chicago Fire el próximo martes 30 de septiembre en el Chase Stadium (7:30 PM ET | MLS Season Pass).
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