23MLS_ATL_Almada_Deep_Dive

Marcelo Bravo no se sorprendió al ver que Thiago Almada lo esperaba cerca de su coche después de un entrenamiento. Ya sabía lo que quería.

Bravo en ese momento era entrenador de uno de los equipos infantiles de Vélez Sarsfield, y también era el técnico de un equipo de futsal en su barrio, en las afueras de Buenos Aires. Ese equipo jugaba los sábados, así que después de algunos entrenamientos de viernes, Almada buscaría unirse a al equipo de futsal de Bravo, para seguir jugando, después de toda una semana de prácticas.

"Le dije 'Thiago, ¿Qué hacés acá?'. Y me respondió 'Marce, me voy con vos. Ya hablé con mi papá, y me quedo en tu casa porque jugamos el sábado'", recordó Bravo.

Así era Almada. Jugaba una y otra vez, sin parar.

"Le gusta jugar. Quiere jugar con la pelota. Su pasión es jugar", dijo Héctor Manferdi, un entrenador de fútbol juvenil de Vélez que trabajó con Almada después de Bravo, cuando el futbolista tenía 15 y 16 años.

Brilla con luz propia

Esa pasión no cambió. Cuando no juega para Atlanta United, Almada dice que mira partidos de fútbol. Pese a que ocasionalmente juega algo de pádel, su interés principal está en el fútbol. Almada es actualmente el líder en asistencias en MLS, con 16, además de 11 goles.

Thiago Almada ATL

Hay algo más en lo que los antiguos entrenadores de Almada coinciden: desde que era muy joven era un futbolista especial.

"Era un jugador diferente", asegura Manfredi. "Era un talento, el tipo de jugador que por sí solo podía cambiar el curso de un partido".

"Sabíamos que era diferente al resto", enfatizó Bravo. "No lo entrené durante sus primeros años en Vélez, pero lo vi y dije que era un jugador diferente, un jugador que en algún punto seguramente jugaría en primera división".

Hizo eso y más. De hecho, ahora parece que Almada lo tiene todo. Fue el futbolista más joven de la selección argentina que ganó la Copa del Mundo 2022. Es la estrella de un equipo de Atlanta United que va a jugar los Playoffs de la MLS Cup 2023, presentados por Audi. Y solo es cuestión de tiempo para que protagonice una gran transferencia a Europa, que es material de rumores y versiones en cada ventana del mercado.

No demasiado tiempo atrás, sin embargo, el hombre que ahora lo tiene todo no tenía nada más que el deseo de seguir jugando un una pelota en sus pies.

Thiago Almada Argentina

Héroe del barrio

Buenos Aires es una ciudad enorme, el área de influencia de la ciudad se esparce por todo el llamado 'Gran Buenos Aires' aquí y allá, con barrios en todos lados, la mayoría de los cuales alberga a al menos un club en alguna de las divisiones del fútbol argentino.

Almada es de Fuerte Apache. Si eso te suena es porque el nombre está instalado en la cultura popular. Una serie de Netflix en 2019 sobre Carlos Tevez se llamó “Apache”, y habló sobre el ascenso de la exestrella de Manchester City (hoy entrenador de Independiente), surgido del mismo barrio. La zona fue bautizada por un periodista, que hizo referencia a la película de 1981 protagonizada por Paul Newman, 'Fort Apache, The Bronx'.

No es un barrio con 'buena prensa'. De acuerdo con Wikipedia "Es conocido por su alto índice de criminalidad y por el prevalente consumo de drogas".

Pero para Almada, la realidad es mucho menos sobre la gente que hacen las cosas erradas que sobre aquellos que hace lo correcto. La gente que forma la mayor parte de la comunidad. Con sus acciones dentro y fuera de la cancha, Almada está dentro de los que hacen bien al barrio, al que regresa cada vez que puede, para jugar 'picados' con los chicos. Durante la pandemia de COVID-19, él y su familia comenzaron con la iniciativa de dar alimento a las familias que lo necesitaban, en un trabajo que todavía sigue, pese a que los peores efectos de la enfermedad quedaron atrás.

"La realidad es que este es un barrio muy tranquilo, con buena gente. Hay mucha gente trabajadora que lucha por su sueño cada día", comentó Almada. "Así era cuando yo era un chico con mi familia, y por suerte pude conseguir mi sueño de jugar de manera profesional, pude comprar una casa para mis padres, pude armar una cocina en el barrio, que ese era mi sueño. Estoy consiguiendo todas esas cosas y todo eso viene de mi esfuerzo y el de mi familia cuando yo era joven".

Para Almada, el motivo es simple. Su conexión con Fuerte Apache es fuerte "porque el barrio me dio tanto", dijo. "Aprendí a jugar ahí. Mi niñez fue ahí. Mi familia, todos mis amigos están allí. Creo que le debo mucho al barrio".

En noviembre de 2002 estaba allí jugando con Tevez y otros amigos, pocas horas después de saber que no había entrado en el corte final para el equipo de Argentina que jugaría la Copa del Mundo, incluso después de que Carlitos lo hubiera respaldado públicamente para estar en Qatar. Pero cinco días después Almada recibió un llamado de uno de los asistentes del seleccionador Lionel Scaloni para comunicarle que sí había quedado en el equipo.

"Lo primero que hice fue llamar a mi familia", recordó. "Comenzaron a llorar, y yo también. Fue un momento hermoso".

También lo fue su regreso en diciembre como campeón del mundo, montado en un camión de bomberos entre miles de aficionados, que cantaban y disparaban fuegos artificiales.

Poco después, estuvo de regreso en Vélez, otra vez junto a Bravo. El chico de Fuerte Apache que nunca quería que el partido terminase había ganado el mayor trofeo en el mundo del deporte.

"Tomé la decisión correcta"

Más allá de todo lo que su barrio y su país significan para Almada, él ganó el Mundial como jugador de Atlanta United.

"Vélez Sarsfield es pionero cuando se trata de desarrollar jugadores jóvenes", apuntó Manfredi. "Es un club vendedor que produce un montón de jugadores".

La hora llegó para que Almada fuera transferido, para buscar algo más allá de lo que había conocido desde niño. Europa llamó a la puerta, como también lo hizo Atlanta United, un club que desde que debutó en MLS ha construido una línea de conexión con el talento de Sudamérica, y que sirvió de plataforma para que Miguel Almirón pudiera llegar al Newcastle United de la Premier League.

La decisión de venir a Atlanta en el invierno de 2021, aparentemente luego del desembolso de una cifra récord en la MLS, es una de las cosas que han servido en la carrera de Almada.

"Nunca tuve dudas sobre la decisión de venir aquí. Creo que el tiempo demuestra que no fue un error. Tomé la decisión correcta", aseguró el #10. "Tengo el deseo de jugar en Europa, también. Y espero llegar allí algún día, pero estoy feliz de estar en Atlanta y quiero intentar dar lo mejor al club".

De hecho, mientras muchos esperan que Almada se marche en la próxima gran oportunidad, el jugador afirma que no tiene una fecha límite para firma para un club europeo, y que disfruta de su vida en Estados Unidos.

"Estoy realmente feliz aquí. Disfruto de jugar en Atlanta e intento hacerlo lo mejor posible", continuó. "Si llega la oportunidad en algún momento, lo pensaré y tomaré la mejor decisión para mí. Pero estoy relajado. No escucho lo que la gente dice, solo me concentro en el día a día".

Pese a eso, aquellos que siguen la MLS ya han visto lo suficiente sobre la calidad de Almada, un jugador capaz de generar una transferencia récord par Atlanta United.

"Estoy absolutamente seguro de que Thiago estará jugando en Europa pronto", dijo Bravo. "Hoy ves a un Thiago más completo, más fuerte, más agresivo. Creo que el fútbol en Estados Unidos ha crecido mucho y es muy competitivo, así creo que él está creciendo mucho".

Todavía hay otros objetivos que Almada quiere conseguir. Es elegible para la selección Sub-23, pero quiere regresar a la selección absoluta para consolidarse antes de la próxima Copa del Mundo.

"Ahora mismo, el objetivo es intentar finalizar bien los partidos que nos quedan, terminar lo más alto posible y luego pelear por el título, ver si podemos ser campeones", explicó Almada. "Ese es mi gol ahora mismo con Atlanta".

Mientras intenta mejorar y mejora a su equipo, Almada seguirá pasando el tiempo como lo hace desde que vivía en Fuerte Apache: manteniendo la pelota al pie, y siempre buscando el próximo partido.