En apenas media hora de juego en su debut con Vancouver Whitecaps en MLS, Thomas Müller dejó al BC Place lleno de ilusión y ganas de más.
El campeón del mundo con Alemania y leyenda en Bayern Munich demostró por qué es considerado uno de los mejores jugadores de todos los tiempos.
Fue un momento histórico para el club del Pacífico Canadiense y para toda la liga.
Un estreno grande
Ilusión. Esa fue la palabra que predominó desde que Müller tocó su primer balón en Major League Soccer en el minuto 61 del partido ante Houston Dynamo.
De inmediato, el germano encontró espacio en el área, definió con la naturalidad de quien ha vivido mil noches grandes, y el balón terminó en la red. La bandera del asistente marcaba fuera de juego, borrando la anotación del marcador, pero no la impresión que dejó en la grada ni el mensaje que envió a toda la MLS.
Porque no se trata de un debutante cualquiera.
Hablamos del hombre que fue Botín de Oro y Mejor Jugador Joven en el Mundial 2010, autor de 250 goles y 231 asistencias con el Bayern Múnich —una asombrosa cifra de 481 participaciones directas en goles y fue pieza clave en dos tripletes históricos (2012-13 y 2019-20) con el club bávaro.
Ese primer roce con la MLS no fue un gol válido para las estadísticas oficiales, aunque sí constituyó una declaración de principios. Müller llegó para dejar huella también en este campeonato, con la misma jerarquía que lo convirtió en leyenda en Europa y el mundo.
El recurso de la versatilidad
El excampeón del mundo llega a la MLS con un sello distintivo: la capacidad de reinventarse en cualquier rol ofensivo. Su polivalencia lo pone en un punto único dentro del plantel de Vancouver, un equipo que ya había mostrado progresos, pero que ahora puede aspirar a un salto de calidad en la construcción de su ataque. Müller llega para hacer mejor a un equipo como los Whitecaps, que especialmente este año ya destacaba por su capacidad y que alcanzó la final de la Copa de Campeones de Concacaf 2025.
No se trata solo de un jugador que puede actuar como falso 9 o extremo circunstancial. Su valor está en cómo altera el mapa táctico del conjunto. Lo resumió el propio Sörensen tras el partido. “Creo que tiene un alto coeficiente de inteligencia futbolística, entiende dónde debe posicionarse y qué espacios atacar. Y, por supuesto, apenas lleva tres días aquí. Lo que queremos es integrarlo al equipo lo más rápido posible, y pienso que lo ha hecho muy bien desde que llegó a los entrenamientos. Esta noche, además, quedé muy contento con lo que vi”.
Un Müller como enganche detrás de Brian White abre espacios para Ryan Gauld y permite que Sörensen varíe entre un 4-2-3-1 más asociativo o un 4-3-3 más vertical. En cualquiera de los dos esquemas, el alemán amplía el rango de recursos ofensivos y obliga a los rivales a preparar múltiples escenarios defensivos.
El resultado es un Vancouver menos predecible y exponencialmente mucho más peligroso.
Un equipo que antes dependía demasiado de las transiciones rápidas ahora puede sostener posesiones largas y generar peligro desde la circulación.
Algo fundamental para competir en la MLS, donde la mayoría de los partidos se definen por la capacidad de romper defensas replegadas.
Catalizador del sueño de Vancouver
La jerarquía y la experiencia de Müller llega en un momento crucial para Vancouver que, se ven instalados en la tercera posición del Oeste y que sueñan con dar un salto definitivo hacia la pelea por su primera MLS Cup.
Su presencia no es solo un impulso futbolístico, sino también anímico, es un líder acostumbrado a las grandes noches y ahora se convierte en el rostro de un equipo que quiere trascender. El propio Müller fue claro al analizar su debut: “Tenemos que dar los siguientes pasos en el próximo partido. Pero estoy muy contento de estar aquí. Creo que la afición estuvo increíble. Tuvimos grandes oportunidades para ganar con claridad, aunque al final, así es el fútbol y a veces no se da”.
Con 756 apariencias en su etapa en el Bayern y un palmarés envidiable, su rol en Vancouver trasciende las cifras. Será el catalizador de un proyecto que exige ambición.
Y aunque la semana de su llegada fue intensa, el alemán mantiene serenidad: “Ha sido muy atareado, pero estoy feliz de que mi primer partido ya quedé en los libros. Ahora puedo empezar la próxima semana con más normalidad. Solo tengo que relajarme hoy en mi apartamento y pensar en todo lo que ha pasado”.
Su juego inaugural ante Houston Dynamo finalizó con un sabor algo frustrante, debido al empate 1-1 sobre el final del encuentro. Pero con esa mezcla de veteranía y hambre competitivo, Müller parece ser el engranaje destinado a guiar a Vancouver en su intento más serio por conquistar la liga. Esto recién comienza, verdaderamente.
¿Qué sigue para Müller y Vancouver?
Vancouver recibirá a St.Louis City SC el próximo Sábado 23 de Agosto ( 9:30 PM ET | MLS Season Pass) en el BC Place.
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