MLS es terreno fértil para los #10 que llegan de Sudamérica. En 2025 el brasileño y el argentino representan dos espectros ofensivos del enganche y el Superclásico de las Américas.
Por diseño o un poco por casualidad, Major League Soccer se convirtió en una suerte de repositorio de algunos de los mejores enganches, números 10 (o que jugaban en la posición del 10) o fantasistas llegados desde el sur del continente.
Solo por mecionar algunos nombres que hoy son legendarios:
- Nicolás Lodeiro (Uruguay: Seattle Sounders - Orlando City - Houston Dynamo)
- Diego Valeri (Argentina: leyenda de Portland Timbers)
- Ignacio Piatti (Argentina: uno de los mayores ídolos de la afición de CF Montréal)
- Lucas Zelarayán (Argentina: santo y seña de Columbus Crew, en la era previa a la llegada del entrenador Wilfried Nancy)
- Carlos Valderrama (Colombia: 'el Pibe' fue parte de la primera generación de magos sudamericanos en MLS, para jugar con las camisetas de Tampa Bay Mutiny, Miami Fusion FC y Colorado Rapids)
- Marco Echeverry (Bolivia: su era y los trofeos ganados por él y sus compañeros en los albores de la liga son el tesoro más grande de D.C. United)
El 10 no siempre fue sinónimo de genio creador. En los cincuenta, cuando el reparto de dorsales era rígido, se le llamaba punta de lanza al que hacía goles. Pero Pelé, el brasileño que vistió el dorsal en 1958, y considerado de los mejores jugadores de la historia, lo redefinió: era organizador y ejecutor a la vez.
Años más tarde, y hablando de los mejores de todos los tiempos, quién lo redefinió fue Diego Maradona, el argentino indomable, lo tomó como lienzo propio, con gambeta y rebeldía.
César Luis Menotti, que trató de darle sentido a esta misma premisa, creía que la diferencia entre épocas fue más física que conceptual: los espacios eran los mismos, los pases largos aún dictaban la música.
Ahí está la magia: el 10 siempre fue el mismo número, pero jamás la misma historia. Y este domingo, ese viejo debate sudamericano se actualiza en la MLS, cuando Evander (Brasil) y Martín Ojeda (Argentina) ofrezcan sus dos maneras de habitar el mismo dorsal en el duelo entre FC Cincinnati vs. Orlando City SC (7:00 pm ET - MLS Season Pass).

Ahora bien, cuando hablamos sobre cómo evolucionó el fútbol tras esos años de debates, que aún siguen vigentes entre Maradona y Pelé, definir a estos dos protagonistas podría explicar cómo el nuevo diez puede tener diferentes roles.
El '10' seductor
Evander es el típico volante ofensivo de Brasil, tiene técnica, es muy buen improvisador y una buena tendencia goleadora.
Sin contar con sus habilidades magníficas con pelota parada y disparos de media distancia, que lo muestran sus números: ha anotado 9 goles desde afuera del área grande y 3 goles de tiro libre en 2025.
Como menciono, el brasileño que llegó como fichaje récord este año y directo a hacer historia en Cincy, es un mediocampista ofensivo que parece haber nacido con la pelota pegada al pie.
Su técnica es muy depurada, acreedora por su paso en escuelas de fútbol sala y que refleja la samba brasileña:
- Amagues que nacen en espacios mínimos.
- Habilidad para pensar rápido en las transiciones y contrataques.
- Mucho gol: 17 goles lo dejan peleando aún el Botín de Oro. Igualados con Alonso Martínez y Dejan Joveljić, en el cuarto puesto de la tabla goleadores de MLS.
- Visión de juego afinada y que le ha permitido igualar por poco su marca de goles: 13 asistencias en temporada regular.
No solo asiste, también define, y eso lo convierte en un mediapunta híbrido, tan peligroso en el área rival como en el círculo central.
Es un 10 bastante purista en términos posicionales, con muchísimas más libertades, gambeta y encare 'mágico'.
Otra prueba de su peligrosidad es que, desde que aterrizó en Ohio, Evander ha explotado su mejor nivel, su mejor versión y se metió de lleno en la conversación por el Jugador Más Valioso de MLS 2025.
Vértigo argentino
Hablar de Martín Ojeda como un número 10 puede ser engañoso.
No es el clásico enganche de pausa, gambeta y partitura. Se mueve en un territorio distinto: el del extremo atacante que amenaza constantemente con romper el partido.
Desde detrás de la medialuna, por la banda y hacia adelante, su marca registrada es la inmediatez, verticalidad, y su capacidad de produccion abismal.
Parece mentira, pero su vértigo no parece algo notable cuando celebra sus goles y 'medita', pero su estilo de juego desetablizada y se puede resumir en lo siguiente:
- Ritmo acelerado
- Desborde que puede romper líneas muy fácil.
- Una jugada que pasa de insinuación a peligro en un abrir y cerrar de ojos.
- Acelera el juego, visiona, ataca y hace goles.
- Puede intercambiar entre extremo o colarse de interior, y eso lo hace a veces difícil de descifrar.
Todo eso lo hace siempre con la misma consigna: verticalidad absoluta. Y esto lo ha llevado a meterse de lleno en la historia de la franquicia de Florida: acumula 16 goles y 14 asistencias esta temporada, ya es el máximo productor del equipo, y este año se convirtió en el tercer máximo goleador de todos los tiempos en el conjunto violeta.
Dos visiones, un mismo escenario
El contraste se vuelve evidente al mirar a sus equipos.
CIN se adapta al tempo pausado y técnico que Evander propone, mientras ORL encuentra en Ojeda un atajo más agresivo hacia el arco rival.
Vamos al detalle:
Cincinnati y Evander
- Motor creativo: El brasileño actúa como enganche libre en el usual o 3-4-1-2, conectando mediocampo y ataque con su desequilibrio individual entrelíneas. Y que con la llegada de Brenner, se potencia aún más, y hace mucho sonido al famoso "8 y 10" que se utilizaba mucho en la era del brasileño, Pelé.
- Verticalidad con pausa: Aunque Cincy prioriza transiciones rápidas, Evander introduce momentos de pausa y control que enriquecen el ritmo, y que enriquecen a Kévin Denkey, como artillero killer.
- Balón parado decisivo: Especialista en tiros libres y córners, aporta variantes tácticas en jugadas a balón detenido.
- Pat Noonan, entrenador de Cincy le gusta salir con transiciones rápidas y tiene carrileros que le ayudan en esa tarea y se ayuda con el brasileño para que aparezcan Luca Orellano, por ejemplo, o Lukas Engel, como opciones en el armado ofensivo
Orlando y Ojeda
- Conector ofensivo: Ojeda opera como interior ofensivo o extremo invertido, facilitando asociaciones entre los mediocampistas Eduard Atuesta, Kyle Smith, Ivan Angulo como carrilero y sus compañeros Jugadores Franquicia: Luis Muriel y Marco Pašalić.
- Posesión con intención: Orlando promedia 59% de posesión, y Ojeda es clave para transformar esa tenencia en profundidad.
- Generador de espacios: Atrae marcas y libera carriles para las diagonales de Muriel y los desbordes de Pasalić.
- Símbolo del modelo Pareja: El argentino encarna la mezcla de talento sudamericano y desarrollo local que define la filosofía de Óscar Pareja.
- No es un “winger” clásico: prioriza el pase filtrado, la diagonal y el remate desde segunda línea. Esto ayuda muy bien a las transiciones rápidas de Papi, el DT colombiano.
MVP en el horizonte
Ojeda y Evander, ambos han sido reconocidos recientemente como ganadores de la Estrella de MLS Español, y la conversación alrededor del MVP de la liga este año inevitablemente los incluye.
Diferentes en estilo, semejantes en influencia. Sin ellos, sus clubes serían equipos más predecibles; con ellos, se vuelven proyectos cargados de identidad.
Y en este final de temporada, es el mejor momento para seguir sumando en la carrera para definir el mejor jugador del año en MLS.
El telón por cerrarse
Este domingo, el número 10 se juega en dos versiones: Evander desde la pausa técnica y el desequilibrio; Ojeda desde el vértigo ofensivo y la producción constante.
Pero no es solo estilo: Cincinnati pelea por el Supporters’ Shield, Orlando por asegurar su lugar en los Playoffs. Y en medio de esa tensión, el duelo entre Evander y Ojeda actualiza el viejo debate sudamericano sobre el diez.
Puede que no sean Pelé y Maradona, pero son dos maneras de liderar. Dos formas de decidir partidos. Y quizás, dos candidatos al MVP que lo tienen todo para cerrar la noche como protagonistas.
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