Es un muy, muy buen momento para ser fanático de Vancouver Whitecaps FC.
Los sorprendentes e inspiradores ‘Caps lideran la Conferencia Oeste, con una racha de 15 partidos invictos en todas las competiciones. Y este domingo buscarán el máximo honor del continente: la final de la Copa de Campeones Concacaf 2025 ante Cruz Azul en Ciudad de México (9 pm ET | FS1, OneSoccer; TUDN, ViX), luego de conquistar miradas en toda Norteamérica –y más allá– con la calidad y valentía de su juego.
Se perfila como uno de los partidos más importantes en una historia que se remonta a 1974, cuando la primera versión de los Whitecaps saltó al campo en la antigua NASL. Más de 800 aficionados harán el largo viaje –un vuelo de cinco horas y media que cubre casi 2500 millas/4000 kilómetros– desde la Columbia Británica hasta CDMX para presenciarlo en persona.
"El sentimiento alrededor del equipo en este momento es realmente uno que nunca he experimentado en mis 15 años apoyando a los Whitecaps, y ha creado algunos recuerdos increíbles", dijo Tobyn Rootman, presidente de Vancouver Albion, una de las hinchadas del equipo, a MLSsoccer.com el martes.
“Va a ser una experiencia increíble”, dijo, sobre la final del domingo. “La zona visitante va a estar a reventar, probablemente el grupo más grande en el que haya estado en un partido fuera de casa de los ‘Caps, y con muchos de mis amigos más cercanos allí. Pase lo que pase, estoy increíblemente orgulloso de hasta dónde ha llegado este equipo y de la manera en que nos han hecho creer en ellos y en lo que pueden lograr”.
Días como visitante
El contingente que viajará este fin de semana será más del doble que el numeroso grupo que voló a Florida para el duelo de semifinales ante Inter Miami, muchos de ellos en un avión charter del club. Y miles más seguirán cada paso desde casa, con la fiesta oficial de VWFC afuera de BC Place agotando rápidamente sus 2500 entradas.
“No puedo ni describirlo. He estado en partidos fuera por todo Estados Unidos y Canadá, y lo que vivimos en Miami fue probablemente el mejor viaje que he hecho con los Whitecaps”, dijo Rootman.
“Había algo muy especial en estar con tantas personas que han seguido a este equipo por mucho tiempo, que estaban esperando un momento como este, un equipo que realmente sintieran que los representa, que refleja cuánto aman a este club. Estar allí con los otros aficionados y las familias de los jugadores en Miami valió cada centavo. Y estoy seguro de que Ciudad de México lo será también”.
Conexiones profundas
Rootman es hincha de VWFC por basicamente toda su vida. Tenía apenas cuatro años cuando su padre lo llevó al último partido de los Whitecaps en el Swangard Stadium, su casa antes de entrar a la MLS en 2011. Luego de muchos años como abonado, cofundó Albion, un grupo joven con la misión de hacer la cultura de los hinchas accesible para las nuevas generaciones en 2021.
Como muchos seguidores fieles del club, Rootman ha vivido años difíciles en la era MLS de VAN. Por lo general, los ‘Caps han estado más cerca del fondo que de la cima de la tabla, y hace algunos años tuvieron que afrontar un escándalo vinculado al equipo femenino del club.
El ambiente era bastante desalentador incluso hace tan solo unos meses. Durante el invierno, Vancouver transfirió al Jugador Franquicia, Stuart Armstrong, a Europa tras una breve etapa, se separó del popular entrenador Vanni Sartini y anunció la venta del club. Todo esto, sumado a lo que parecían ser solo mejoras modestas en la plantilla, generó pesimismo en muchos sectores.
Pero la garra y la gracia de estos 'Caps, liderados por el nuevo DT Jesper Sørensen, encendieron un cambio bien recibido e inesperado.
“Al comenzar la temporada, la afición no estaba muy animada, y han sufrido mucho a lo largo de los años”, explicó Michael McColl, quien ha cubierto a los Whitecaps durante muchos años a través de Away From The Numbers, un sitio web y podcast de larga trayectoria. “Han visto a sus rivales de Cascadia ganar la MLS, han visto a Seattle levantar la Copa de Campeones Concacaf. Y ya sentían que Vancouver era el tercer volante en ese clásico, el tercero en discordia también en la rivalidad canadiense”.
“Fue una pretemporada difícil, pero esto ha reavivado a la afición”, añadió. “Las peñas van a entrenar el viernes por la mañana y despedirán a los jugadores antes del vuelo a México al final del día, han sido invitados a otros entrenamientos. Sin duda, esto ha fortalecido mucho los vínculos. Ahora la afición se siente unida al club”.
Soñando en grande
Esa conexión se vio personificada en un tifo desplegado en el fondo sur de BC Place antes del inicio en el partido de ida contra Miami, con un mensaje claro: “Nos permitieron volver a soñar. Quedan 3 partidos. Mándenlo al inferno, muchachos”. Un gesto que, el mediocampista Sebastian Berhalter revelaría más tarde, casi lo hace llorar.
“La relación entre el club y sus aficionados está en su punto más alto de todos los tiempos”, aseguró Rootman.
“Ha habido momentos en este club donde esa relación estaba dañada, y quiero reconocer el trabajo del front office. Obviamente los jugadores han tenido mucho que ver. Cuando hay un buen ambiente alrededor del equipo y se ganan partidos, eso ayuda. Pero desde la dirigencia realmente nos han abrazado como hinchas, y han trabajado mucho para reparar esa relación y construir lo que hoy es un lazo increíblemente fuerte”.
El rival del domingo es un peso pesado de la LIGA MX, con una plantilla valorada en €82.3 millones (casi US $93 millones), según Transfermarkt.com, y con una notable ventaja de local en la altura asfixiante de Ciudad de México.
Aún así, Vancouver y su fiesta de viajeros, ha construido una fe inmensa en esta improbable travesía, donde ya dejaron atrás a Deportivo Saprissa, CF Monterrey, Pumas UNAM (con un gol agónico en la misma cancha donde se jugará la final), y al Inter Miami. Más que suficiente para ellos atreverse a soñar en otra noche épica de ConcaChampions.
“Todos sentimos que estamos juntos en esto”, dijo Michael McColl. “Si hace seis meses alguien te decía que estábamos a 90 minutos de esto, no lo habrías creído. Habrías pensado que era una locura. No creo que nadie lo hubiera creído. Y ahora, como aficionados, como medios de comunicación y como jugadores, afrontamos esto pensando que vamos a ganar. Sabemos que no somos los favoritos, pero creemos que podemos ganar".
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