Thomas Müller se enamoró de la historia de Vancouver antes de pisar Vancouver. En su primer vuelo hacia la Costa del Pacífico, el campeón del mundo abrió un documental sobre los Whitecaps de 1979… y quedó hechizado. El legendario futbolista descubrió a un equipo que sacó a toda una ciudad de sus casas, que enfrentó a gigantes como el New York Cosmos de Franz Beckenbauer o Los Angeles Aztecs de Johan Cruyff, y que levantó el primer título nacional en la historia del club, en la NASL.
Ahora, cuarenta y cinco años después y en Major League Soccer, con el BC Place 'sold out' para las Semifinales de Conferencia, el Raumdeuter quiere revivir esa gloria y volver a sacudir al Pacífico Canadiense ante Los Angeles Football Club.
Inspirado en una victoria "imposible"
Las palabras del alemán sobre ese primer largo viaje que tuvo desde Europa antes de su presentación oficial a la ciudad y próximo debut, son una prueba de cómo la historia puede ser muy simple y poderosa al mismo tiempo.
Narrado como si fuera una leyenda urbana, el documental "From Village to Victory" lo hizo conectar con una ciudad que aún no conocía, y se cuenta cómo los Whitecaps reescribieron el destino deportivo de Vancouver. Müller lo sintetizó y se inspiró gracias a eso: “Vi ese documental del ’79… Fue muy bonito ver lo que puede pasarle a una ciudad —o quizá, en otros tiempos, a un pueblo— cuando hay éxito, cuando le ganas incluso a ciudades más grandes”.
Es difícil sorprender a un futbolista que lo ganó todo con Bayern Munich y la Selección Alemana: Mundial, Champions, Bundesliga. Pero esa historia lo inspiró. Y no es tan atrevido decir, le dio más deseos de ganar la MLS Cup, algo que aún no ha podido alcanzar el equipo canadiense.
En aquel entonces, casi toda la actividad deportiva de la ciudad era puertas hacia adentro. Hasta que aparecieron esos Whitecaps. Primero desalojaron toda la ciudad y todo el 'village' se dedicó a mirar la final por TV ante Tampa Bay Rowdies de Oscar Fabbiani.
Tras ganar el campeonato más de 100.000 personas esperaron al equipo en el centro de Vancouver para la celebración, algo nunca antes visto. Y que lo documentaron como "No longer a Village".
Un nombre que se inspiró en 'la burla' que recibía la ciudad por ser "un pueblo", algo que utilizó el equipo como grito de guerra.
“Éramos prácticamente el tema de conversación de la ciudad en ese momento y el hecho de que tuviéramos 100.000 personas en el centro de Vancouver para celebrar nuestra victoria ilustra la gran importancia que tuvo”, dijo el ex jugador de los Caps', Bob Lenarduzzi.
Fue un equipo revolucionario.
“Y eso es lo que queremos hacer”
El eco de 1979 que guía a la leyenda alemana, Thomas Müller...
No está demás decir que ganar es lo que vino a hacer el alemán a la liga. Cosechar titulos y hacer historia con Vancouver Whitecaps. Sus números dicen muchísimo en poco tiempo, también sus gestos de líder dentro o fuera de la cancha, y posteos en redes sociales que demuestran su compromiso.
Su aventura en la Columbia Británica tiene potencial para conquistar la MLS, como alguna vez lo hizo ese equipo de la NASL repleto de jugadores ingleses y canadienses, que levantó el Soccer Bowl '79. Y su próximo paso en el camino en los Audi Playoffs 2025, será en Semis de Conferencia el próximo sábado 22 de noviembre (9:30 pm ET - MLS Season Pass).
"Y eso es lo que queremos hacer", dijo Thomas, después de ver el documental y entender lo que aquel equipo había significado para la ciudad.
Pero ¿qué lograron realmente los Whitecaps de 1979? así podemos ir más al detalle.
- Tuvo una de las defensas más duras y respetadas de la liga, fue un equipo físico, duro y con mucha identidad competitiva.
- Un hito histórico para la ciudad de Vancouver: para muchos se convirtió en el equipo más amado en la historia deportiva de la ciudad, descrito como una celebración “nunca igualada” por ningún otro equipo deportivo de la ciudad. Gracias a ese logro, el que para entonces hacía de Mayor (alcalde), abría la posibilidad de hacer un nuevo estadio, el que ahora es el BC Place, instaurado en el centro de la ciudad en 1983.
- Logró grandes cosas sin tener un equipo de 'grandes estrellas' así lo contó un ex jugador, Bob Lenarduzzi, algo que sus contrincantes ese año si tuvieron.
- En las Semifinales de Conferencia, superaron a un equipo guiado por una de las mentes más brillantes de la historia del fútbol, Johan Cruyff. La serie contra Los Angeles Aztecs fue el primer aviso.
- Victoria épica ante el New York Cosmos: el equipo en el que jugó una de las leyendas del fútbol hasta apenas dos años antes, Pelé, fue su rival en la final de Conferencia. Ese Cosmos, que además era el equipo más famoso y poderoso de NASL, contaba con otra leyenda alemana, Beckenbauer, no fue problema para esos Caps, fue le punto donde el sueño ya era una realidad.
- Campeones del Soccer Bowl 79. Después de no lograr sus objetivos el año anterior en el que batió varios records, sumó algunos refuerzos británicos en el 79' y ganó el primero trofeo en la North American Soccer League con un resultado 2-1 vs Tampa Bay Rowdies.
Dos eras, un espejo
La NASL de fines de los 70 tenía una energía que hoy se siente familiar a lo que es la impactante MLS de 2025.
Estrellas globales, aficiones multitudinarias, partidos que parecían eventos culturales, no solo deportivos. Lo que representaban Cosmos o Aztecs, hoy lo representan clubes como LAFC -su rival de turno- o Inter Miami, por ejemplo.
Y lo que hicieron esos Whitecaps —creerse capaces de tumbar gigantes— es exactamente lo que el Vancouver de 2025 busca repetir, y ya lo ha hecho esta temporada, sacando del camino a equipos estelares de la Liga MX para llegar a la final de la Copa de Campeones Concacaf. Algo que nunca lograron en su historia.
¿Cómo se ve el equipo 2025 en el espejo de 1979?
Vancouver 2025 se refleja en el ’79 y encuentra coincidencias que no son casualidad. Aquel equipo creció desde la unión entre ciudad y vestuario; este, también. Aunque hoy tiene una 'superestrella mundial', algo que el equipo de NASL no tenía.
Aquel tumbó al Cosmos en plena era de superestrellas; este podría hacerlo ante LAFC, uno de los rivales más imponentes de la MLS
Qué le devuelve ese espejo al Vancouver actual
- Una ciudad despierta: más de 536.000 aficionados asistieron al BC Place este año, y 53.837 aficionados fue la mayor asistencia de su historia en un partido, y ya hicieron sold out para la semifinal. Como en el ’79, Vancouver volvió a sacar a todo el 'village' de casa.
- Un equipo equilibrado: Más allá del poderío del alemán: Ryan Gauld tras volver de su lesión tiene la oportunidad de ejercer un buen trabajo para sumar Müller, Andrés Cubas ser equilibrio y aire, Sebastián Berhalter, el motor, Brian White o Daniel Ríos en la definición y los jugadores canadienses un núcleo canadiense-latino-alemán que sostiene la identidad.
- Un proyecto con lógica: un entrenador, Jesper Sørensen, que le dio identidad, alineado con la idea del club y un colectivo que no depende solo de un jugador—pero que Müller eleva con lectura, oficio y calma.
- Un desafío idéntico: en 1979 el monstruo era el Cosmos a esta instancia en 2025 es LAFC. Si lo vencen, el camino sigue duro, pero no imposible: San Diego o Minnesota quien salga vivo del Oeste, y después la MLS Cup ante un rival del Este (Philadelphia, New York City FC, FC Cincinnati o Inter Miami).
- Una posibilidad real: un equipo que tumba a LAFC se convierte automáticamente en más que un candidato. Es exactamente lo que pasó en el ’79: ganarle al gigante cambió la narrativa. Y ahí, en esa frontera entre lo improbable y lo posible, es donde este Vancouver se parece mucho al del pasado.
¿Qué significa este espejo para Vancouver? Que puede repetirse, que hay todo un ambiente para lograr la gloria, y que la inspiración de su principal figura puede servir de chispa.
El californiano de ahora
En la NASL de 1979, Vancouver eliminó al LA Aztecs de Johan Cruyff. En 2025, Vancouver se jugará la vida frente a LAFC, el gigante moderno y emelesero de California.
Los Ángeles vuelve a ser la frontera de semifinales. En ese entonces era Cruyff al que todo el 'brillo estelar' apuntaba en un equipo con un carácter ofensivo muy poderoso.
- Hoy la mira se posa en Son Heung-Min y Denis Bouanga, la pareja californiana que anda prendida fuego: 18 goles consecutivos entre ambos, responsables de 22 de los últimos 28 tantos de LAFC. Un impulso casi eléctrico desde que el surcoreano aterrizó en Los Ángeles y le cambió el pulso al equipo. Pero se trata de un equipo muy directo, con gran impulso ofensivo y diseñado para encontrar espacios donde no los hay normalmente.
- Del otro lado, los Caps fueron por la vereda contraria: 21 goleadores distintos en liga —una locura de diversidad—, el testimonio perfecto de un equipo compacto, coral, donde todos suman y nadie se esconde. Y aun así, Thomas Müller se las arregló para meter 9 goles en 10 partidos entre MLS y Playoffs, como quien aparece en escena con puntualidad alemana. Brian White lidera la tabla interna con 22, pero el detalle que enamora al analista: 20 de los goles de Vancouver han salido desde la defensa, como si el equipo entero fuese una máquina bien engrasada que ataca desde cualquier rincón. Habla de lo que bien equilibridado que es.
- Dos fichajes estelares: Müller vs Son Heung-Min. Ambos llegaron en verano para marcar la diferencia y ganar algún título, dentro de sus paralelismo existen goles, asistencias y el liderazgo que cada uno de sus equipos necesitó este año. Vancouver, para dejar en el pasado el bajón emocional que venía arrastrando desde la Concachampions, y despertar, para solo haber perdido uno de diez partidos disputados, el otro para darle un golpe extra a un equipo que ya contaba con la potencia y descaro del gabonés pero necesitaba un chispa adicional.
Espíritu competitivo
En 1979, Vancouver se hizo gigante porque creyó que podía enfrentarse a los mejores. En 2025, Müller quiere que ese espíritu vuelva. Sus números muestran que vino a competir en serio, y sabe que ganarle a LAFC sería algo más que un paso en los Playoffs: sería un impacto para toda la ciudad. Más aún el título de MLS Cup.
El documental del ’79 le recordó cómo compiten los equipos que transforman su entorno. Ese Whitecaps no tenía super estrellas, pero sí convicción. Ganó y cambió la ciudad. Müller lo entendió rápido. A sus 36 años, eligió un proyecto que tuvo más lógica mientras viajaba desde Alemania. Que se enriquece de un grupo equilibrado y una afición que volvió a despertar este año.
Ese espíritu competitivo conecta 1979 con 2025. Y sostiene la idea de que algo así puede cambiar la ciudad otra vez.
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